Compromiso

Con la llegada de las vacaciones veraniegas, ocurre casi como con los deseos de fin de año, en la tranquilidad y calma del deseado descanso, nuestro cerebro empieza a componer a modo de puzle pensamientos más positivos que nos lleva a creernos capaces de afrontar el final de la época estival con fuerzas suficientes como para realizar cambios en nuestra vida personal, profesional y todo nuestro entorno,- “ me levantaré un ratito antes y haré algo de ejercicio”, “ a partir de ahora sacaré un poco de tiempo para visitar más a la familia/amigos…”, “ en cuanto acabe las vacaciones voy a alimentarme de manera más saludable”… y un sinfín de buenos propósitos que comenzaremos a la vuelta de la normalidad; y realmente la gran mayoría de estos propósitos comienzan.
¿Qué ocurre entonces?
Que con frecuencia volvemos a nuestra rutina, la que nos hace olvidarnos de todas las motivaciones que nos llevaba a querer lograr ciertos cambios y que pronto nos hace flaquear, nos enredamos en hábitos mecánicos y poco fructíferos y nos hacen entrar en la desidia para avanzar hacia lo que tan solo hacía unas semanas eran nuestros más firmes propósitos.
Un día nos levantamos con la firme convicción de - “hoy comienzo a hacer deporte”-, y lo hacemos, vamos al gimnasio de moda, nos matriculamos, nos compramos el equipo completo, zapatillas, camiseta y mallas de última moda y por supuesto la bolsa dónde poder transportar el equipo completo más los utensilios para la ducha posterior, y esto lo hacemos 3 o 4 días, luego llegamos un día cansados a casa y nos decimos, no sin razón, -“buenos mañana iré, he trabajado hoy mucho, merezco descansar”- y así comenzamos rápidamente a elucubrar mil y una excusa para quedarnos en casa.

¿Sabemos realmente qué es el compromiso?

Tomate unos minutos y piensa que es para ti el compromiso.

El compromiso va más allá de una obligación contraída o de la palabra dada, el compromiso comienza con nosotros mismos, con cumplir con nosotros aquello que nos hemos propuesto, cumplir con nuestra palabra y honrarnos con ello, celebrar que somos capaces de disfrutar con aquello con lo que nos hemos comprometido y que somos fieles a nuestros propósitos.
Para comenzar a ser personas comprometidas, tenemos que usar el sentido común, no emprender demasiadas cosas a la vez, la que ello nos llevará a desistir prontamente de algunos, por no decir de todos nuestros objetivos, de hecho es mejor comenzar con una o dos cosas por vez y dejar que el hábito se instaure como algo cotidiano en nuestra vida, para una vez logrado poder emprender nuevos objetivos.
A medida que logremos resultados positivos, nuestro compromiso se verá gratificado con un aumento de nuestra autoestima y por ende nuestra seguridad en nosotros mismos, a medida que logramos pequeños o grandes objetivos, y todos ellos motivados con nuestro compromiso, creemos más en lo que hacemos, lo que nos hace sentirnos más fuertes y nuestro atractivo personal aumentará, podremos pisar fuerte y lograr todo aquello que nos propongamos, siempre con constancia y continuidad.


Si alguna vez no logras tu objetivo, si tu compromiso flaquea y te rindes, podrías revisar, o bien cuál es tu compromiso en lograr tu objetivo, o bien el objetivo que te habías propuesto no está bien definido o no te motiva lo suficiente como para poder comprometerte el lograrlo al 100%, tomate un momento y explora cuál de las dos situaciones se te están dando para no lograr aquello que deseas.

¿Cuál es tu compromiso, para lograr aquello que deseas?